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Friday, February 17, 2012

Una Tragedia sin Palabras

Las imágenes son escalofriantes, los hechos son aterradores. Y es que no hay palabras para describir el incendio ocurrido en la cárcel de Comayagua, Honduras el pasado martes por la noche, el cual ya es calificado como una de las peores tragedias ocurridas en una cárcel, por su cifra de muertos.

Lamentablemente Honduras vuelve a ser motivo de atención y no precisamente por razones sobresalientes. Según reportes, más de 350 muertos fue el saldo que dejo el incendio en este recinto cuyo monto de reos superaba los 800, más del doble de su capacidad.

Aunque aún no hay declaraciones oficiales que determinen las causas de dicho incendio, las hipótesis son muchas. Las que dan las autoridades es que fue un reo que inicio el incendio al encender un colchón; las que da un presunto sobreviviente de que fue algo planeado entre reos y policías para una presunta fuga y las que manejan los familiares de las víctimas de que fue negligencia de los guardias.

Aunque, la gente hondureña o no hondureña tiene reacciones encontradas sobre esta tragedia, la verdad es que todos somos seres humanos y nadie merece morir de forma tan horrenda. Al final los que sufren son los familiares desconsolados que lo único que quieren es saber si sus familiares están muertos o vivos. Desafortunademente, en estas instituciones penitenciarias están revueltos todo tipo de reos sin importar sus delitos; desde cumpliendo condenas por homicidios hasta por simplemente tener un tatuaje y vinculárseles con pandillas.

Las causas verdaderas de este horror vivido en mi país puede que nunca se esclarezcan, pero lo que sí es cierto es que nuestros países necesitan implementar un sistema de cárceles más seguro que incluya un proceso de evacuación organizado en caso de emergencia. Asimismo, proporcionar condiciones humanas dignas que pueden evitar tragedias como las ocurridas en este centro penal de Comayagua, localizada a unos 90 kilómetros de Tegucigalpa, la capital del país.

Es verdaderamente indignante leer, que cárceles como ésta, con una capacidad de más de 800 reos solamente contaba con un número determinado de guardias.

"En un día cualquiera había 800 encarcelados en unas instalaciones construidas para 500. Eran 51 guardias en el día y 12 en la noche, aunque uno de los que estaban esa noche de turno le dijo a AP que solo habían seis, cuatro de los cuales nunca abandonaron sus puestos en las torres de vigilancia apostadas en las cuatro esquinas de la granja."

Esto lo leí en un artículo y realmente causa pena porque así no se puede manejar un recinto de cárcel donde existen tantos presos conviviendo juntos.

Que tristeza que nuestros países sean tan pobres que es más fácil almacenar a cientos de reos en celdas con poca capacidad y poner a menos guardias; que mantener un control más detallado y construir más cárceles donde se puedan seleccionar a los reos según sus delitos cometidos y no meterlos a todos juntos en una celda.


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